LÁMPARA ELÉCTRICA Y LINTERNA:
Colocando una luz en una caja protectora se la puede llevar fácilmente y proteger del viento y la lluvia. A esa caja o recipiente se la llama linterna. La palabra griega que designaba este objeto era lampter, que significa "lámpara" o "antorcha". La palabra latina, lanterna, es casi igual a la voz castellana linterna. Tanto la lámpara como la linterna son utensilios a que se recurre para alumbrar.
Lámparas Antiguas
Cuando el hombre primitivo comenzó a servirse del fuego no tardó en descubrir que algunas sustancias ardían mejor que otras. Un nudo de madera de pino, por ejemplo, ardía bien y daba luz brillante. Cuando puso carne al fuego observó que las gotas de grasa chisporroteaban brillantemente en las llamas.
Probablemente de esta observación provino la idea de hacer una lámpara. Encontró piedras de forma parecida a platillos, las llenó con grasa animal derretida e ideó un pabilo o mecha que hizo de musgo o materiales semejantes.
El pabilo quedaba empapado de grasa derretida y ardía con una llama débil y humeante.
Los esquimales queman todavía hoy, para alumbrarse, grasa de foca en recipientes planos de piedra.
Las lámparas más antiguas consistían en platos no muy hondos en que ardían aceite o grasa. En el interior de las casas no era necesario proteger del viento y la lluvia la llama de estas lámparas. Pero cuando se sacaban al aire libre se hacía necesario colocarlas en recipientes que resguardaran la llama de las corrientes de aire. Estos recipientes protectores debían contar con agujeros o ventanas que dejaran pasar la luz para que la lámpara siguiera cumpliendo su propósito de alumbrar. Así nació la linterna: se trataba de una lámpara portátil susceptible de sacarse o llevarse al aire libre sin que se apagara.
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